San Lorenzo quedó eliminado de la Copa Libertadores al perder 1-0 en la vuelta de los octavos de final ante Atlético Mineiro, de Junior Alonso. A pesar de haber demostrado un gran nivel durante toda la serie, el equipo dirigido por Leandro Romagnoli no pudo evitar la derrota y se despidió de la competencia con sabor a injusticia.
El partido comenzó de manera pareja, con ambos equipos conscientes de lo que estaba en juego. San Lorenzo se plantó con una estrategia sólida, priorizando la presión y evitando desajustes en defensa. Aunque Mineiro tuvo algunos acercamientos sin mucho peligro, el conjunto argentino supo aguantar bien y no perdió la calma. La más clara de la primera mitad fue para el visitante, con un remate de Iván Leguizamón que rebotó en el travesaño. El rebote lo tomó Reali, quien remató desviado, desperdiciando la oportunidad de ponerse en ventaja.
En los minutos adicionales del primer tiempo, Mineiro también tuvo su chance. Deyverson cabeceó un balón que quedó suelto, pero su disparo se fue por encima del arco. San Lorenzo llegó al descanso con mejores sensaciones, mostrando un juego ordenado y dejando la impresión de que podía dar el golpe en la segunda mitad.
En el complemento, San Lorenzo mantuvo su postura, resistiendo los primeros avances del equipo brasileño. Cinco minutos después, el árbitro tomó una decisión controvertida: una fuerte entrada sobre Tripichio fue sancionada solo con tarjeta amarilla, lo que provocó reclamos del lado argentino que pedían la expulsión del mediocampista rival.
Cuando San Lorenzo vivía su mejor momento, llegó el gol de Atlético Mineiro. En el minuto 63, Battaglia desbordó por la banda derecha y envió un centro preciso que fue conectado de cabeza para el 1-0. Poco antes, Cuello había tenido una oportunidad clara para el Ciclón, pero el arquero Everson evitó el gol con una gran atajada.
Después del gol, San Lorenzo se volcó al ataque en busca del empate, pero el encuentro fue interrumpido por disturbios en las tribunas. La policía local reprimió a los hinchas azulgranas con gases lacrimógenos, afectando tanto a los aficionados como a los jugadores. Esta situación tensa provocó que el partido se extendiera hasta el minuto 100, aunque el equipo argentino no logró encontrar el gol que le diera la clasificación.
A pesar de haber sido superior en varios tramos de la serie, San Lorenzo quedó eliminado, dejando una sensación amarga por lo sucedido dentro y fuera del campo. El equipo de Gabriel Milito fue efectivo en los momentos clave, aprovechando las pocas oportunidades que tuvo para avanzar a los cuartos de final, donde enfrentará a Fluminense. Por su parte, el conjunto azulgrana deberá enfocarse en los torneos locales, pero el recuerdo de esta serie quedará marcado por la polémica y la injusticia.
La eliminación de la Copa Libertadores no solo afecta el presente deportivo del Ciclón, sino también sus planes a futuro. Este resultado obliga a la dirigencia y cuerpo técnico a replantear objetivos y estrategias para la próxima temporada, donde la prioridad será reconstruir la confianza y mantener el nivel competitivo mostrado en esta edición del torneo. Además, esta experiencia deja importantes lecciones para los jugadores jóvenes que buscan consolidarse en la escena internacional.
Con el adiós a la Libertadores, San Lorenzo ahora debe concentrarse en el torneo local y la Copa de la Liga, competiciones donde sigue en carrera y con posibilidades de título. El desafío será no dejarse afectar por la eliminación y seguir mostrando el carácter que lo llevó a ser uno de los equipos más destacados en esta fase de la competencia continental.